Salud reproductiva: La clave oculta de la Conferencia de Pekín.
La conferencia mundial, que tuvo lugar en Pekín en septiembre de 1995, fue un punto de inflexión para el feminismo. Aquí aportaron sus planteamientos las distintas conferencias regionales que tuvieron lugar en Europa y América del Norte; Asia, el Pacífico, América Latina y el Caribe y, por último, Asia Occidental y África.
Visitantes del Norte y del Sur
¿Cuál fue el planteamiento de los países del Norte? Se enfocaron en todo lo relativo a lo que llamaban “salud y derechos reproductivos de la mujer”, es decir, recogían las reivindicaciones del feminismo socialista.
¿Qué planteaban los países del Sur? Su preocupación era el desarrollo, la pobreza femenina y la igualdad real y efectiva.
Es importante insistir en la diferencia radical de planteamiento entre los países del Norte, países ricos, y los países del Sur, países más pobres.
¿Quién asumió el liderazgo del Norte? La representación europea, al frente de la cual estaba España. La portavoz europea fue Cristina Alberdi, ministra de Asuntos Sociales con el último gobierno de Felipe González. El lema de la conferencia era “Acción para la igualdad, el desarrollo y la paz”.
2. ¿Quién acudió a Pekín?
¿Qué propuso Cristina Alberdi como representante europea? Alberdi propuso la diferencia de una noción de género radical, propia de lo que más tarde definiremos como ideología de género. Pero, ¿qué apoya esta noción de género radical? Como señala Iris M. Zavala, presente en la conferencia, “apoya las parejas de hecho, los colectivos gay y su derecho al matrimonio legal, y, ante todoHay que señalar que en esta conferencia se libró una batalla intensa entre los cerca de 184 países ahí reunidos y las casi 2000 ONGs que acudieron al evento., Alberdi es una feminista que rechaza la violencia cultural y social contra la mujer y critica los estereotipos que han modelado la sociedad “históricamente”, es decir, el modelo social que ha formado a la mujer según unos “roles femeninos”“.
En esta conferencia ya se empieza a hablar de aprobar la orientación sexual como un criterio a tener en cuenta en los estudios estadísticos.
Veamos un ejemplo de lo que venimos diciendo: España aprobó la propuesta de la supresión de la palabra MADRE del texto de un documento que hablaba de “orientación sexual”, “derechos sexuales”, etc.
3. ¿Cuál fue una de las cuestiones más debatidas en Pekín? El concepto de familia.
La Unión Europea, avalada por Canadá, proponía la calificación de la familia en plural: FAMILIAS. Por otro lado, los demás representantes eran partidarios de la familia SINGULAR.
Si se acepta que la familia es SINGULAR, se opta por la definición tradicional de la familia originada en la relación entre un hombre y una mujer. Sin embargo, la Unión Europea planteó el concepto de “familias”, en plural, que permite la introducción diferente a la de hombre y mujer, abriendo de este modo otro tipo de uniones, especialmente, los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Aunque en ese momento no se llegó a un consenso sobre esto, a partir de 1995 se siguió trabajando en esta dirección.
4. ¿Qué salió de Pekín en 1995?
1) Una declaración de buenos deseos e intenciones.
2) El llamado PROGRAMA DE ACCIÓN, donde se recogen los compromisos de los gobiernos para poner en marcha políticas de igualdad reales y efectivas entre hombres y mujeres que abarcan el tema de familia/s, matrimonio igualitario, salud reproductiva para las mujeres, etc.
Como ya hemos dicho, este documento final no obtuvo unanimidad. Fueron 44 las reservas interpuestas, en su mayoría referidas a la salud reproductiva. Lo que sí se pudo comprobar es que “bajo el nombre de salud reproductiva” se ocultaba el tema del ABORTO.
¿Cuál fue la consecuencia de la conferencia en esta materia? La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió y define la salud reproductiva como “un estado de bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos, y no solo como una ausencia de enfermedades o dolencias". La salud reproductiva se propone como uno de los objetivos a conseguir.
La salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos de embarazo, y la libertad y el derecho de mantener, o no, esas relaciones sexuales y su frecuencia. Esto lleva implícito el derecho del hombre y de la mujer a estar informados sobre cómo planificar sus relaciones matrimoniales y heterosexuales en cuanto a la posibilidad de tener hijos haciendo uso de métodos para regular la fecundidad, incluidos la interrupción del embarazo y la esterilización. Por primera vez se declara en un organisma internacional la separación entre sexualidad y fecundidad.
5. El gran debate: la cuestión del GÉNERO.
Hemos comentado anteriormente que hubo unas 2000 ONGs representadas en la conferencia de 1995, pues bien, en Pekín fue decisiva la conferencia paralela protagonizada por las ONGs desde dos posturas contrapuestas: la introducción de la llamada IDEOLOGÍA DE GÉNERO frente a la defensa de la familia, acentuada esta última por la conciencia de la postura radical en la lucha por la igualdad (matrimonio, familia/s, salud reproductiva y género) abanderada por los países de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.
Pero, ¿qué se entiende por género? Para muchos representantes, el “género” era una cuestión difusa y para aclarar sus dudas, la directiva de la Conferencia de la ONU emitió la siguiente definición: “el género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo".
¿Hemos entendido algo? Supongo que no y tampoco lo entendieron los representantes de la Conferencia. Ésto solo causó mayor confusión. Fue entonces cuando Bella Azburg, ex miembro del Congreso de los Estados Unidos, quien puso sobre la mesa la novedosa interpretación del término “genero”: “el sentido del término “género” ha evolucionado, diferenciándose de la palabra “sexo”, para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio”.
En definitiva, como había expresado la filósofa Judith Butler, el género es una construcción cultural. Parece muy abstracto, pero en definitiva y de manera que todos podamos comprenderlo: el género masculino y femenino no están intrínsecamente unidos al sexo masculino y femenino, sino que el sexo es distinto del género, de manera que una persona puede autopercibirse como de género masculino aunque su sexo biológico sea femenino y viceversa. El género no es más que la suma de roles que la sociedad nos ha impuesto: el rol de la paternidad o maternidad, roles en la crianza de los hijos, estereotipos masculinos y femeninos que han consolidado tipos de trabajos “masculinos o femeninos”. Ser ama de casa, por ejemplo, es un rol que se le ha impuesto a la mujer por el hecho de serlo, es decir, por el hecho de tener sexo femenino. Pero esto es una construcción social … ¿No existen los amos de casa?
Es un ejemplo que parece muy trivial, pero en la medida en que se vaya avanzando en este planteamiento, veremos cómo se van introduciendo otros conceptos como la orientación sexual elegida, la no asignación de sexo de los niños al nacer, la aprobación en el registro civil de progenitor 1 y progenitor 2 en lugar de madre y padre y un sin fin de realidades más.
La polémica estaba servida y muchos representantes se negaron a asumir la definición dada por Azburg de que el término “género” ha evolucionado, diferenciándose de la palabra “sexo”, para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio, pero el concepto de género se había introducido ya en el ámbito político y social.
Aunque hubo un intento de borrar el término “género” en la Plataforma de Acción y reemplazarlo por el término “sexo”, este intento fue tachado de insultante y degradante para el logro de las reivindicaciones de las mujeres.
6. Después de la Conferencia de Pekín de 1995, Pekín+5
Pues, en Pekín+5, nuevamente grupos radicales de feministas volvieron a la carga e intentaron imponer patrones sexuales alejados del marco ético de los Derechos Humanos Universales. Se vuelve a debatir acerca de una sexualidad independizada de la “esclavitud reproductiva”, se desmitifica la maternidad y se intenta incluir cualquier tipo de unión en el concepto de familia.
En Pekín en 1995, el matrimonio, en cuanto contrato civil, está ausente; también lo estará en Pekín+5 por considerarse un invento machista para dominar a la mujer. No lo puede expresar mejor la citada Bella Azburg: es urgente lograr que “la biología no nos determine”.
Aunque en esta ocasión hubo un consenso muy generalizado para implantar estos conceptos y esta manera de ver el matrimonio, la familia, la salud sexual, la maternidad, etc., las feministas más radicales no quedaron satisfechas y con España a la cabeza, se propusieron avanzar hacia un nuevo significado de “ciudadanía".