Política e Ideología de Género: un plan orquestado
Post basado en la obra de Gabriele Kuby "La Revolución Sexual Global”, Didaskaós, 2017.
¿Alguna vez has sentido que las conversaciones sobre género y sexualidad se están volviendo más complicadas? La socióloga alemana Gabriele Kuby hace un análisis interesante de este fenómeno en su libro La Revolución Sexual Global (2017). Ella sostiene que los cambios que estamos viendo no son simplemente modificaciones que surgen de la nada, sino parte de un plan bien pensado por ciertos grupos de poder.
¿Qué es esto de la ideología de género? Primero, es importante entender que el feminismo no es un concepto monolítico; hay varias corrientes. Generalmente, se habla de tres: el feminismo liberal, el marxista-socialista y el radical. Cada uno aporta ideas diferentes, pero todas se centran en una cuestión esencial: la igualdad entre hombres y mujeres. Kuby, por su parte, señala que la ideología de género sostiene que el sexo y el género no son lo mismo. Esto ha causado mucha controversia y, honestamente, a veces lo veo como un tema de debate de café que se puede caldear un poco.
La perspectiva de género busca abordar las desigualdades entre hombres y mujeres. ¿Por qué en tu oficina las mujeres ganan menos que los hombres? La perspectiva de género está ahí para investigar esas diferencias. Pero la ideología de género da un salto adicional. Busca cambiar las normas sobre cómo deben comportarse hombres y mujeres. Esto está relacionado con la idea de que el género es una construcción social, lo que significa que puede cambiar.
Sexo y género no son lo mismo. Hasta hace poco, muchas personas pensaban que sexo y género eran lo mismo. Pero gracias a pensadoras como Simone de Beauvoir, empezamos a darnos cuenta de que esto no es tan simple. Ella decía que "no se nace mujer, sino que se llega a serlo". Esto significa que el sexo es un hecho biológico, pero el género es algo que la sociedad nos enseña. Por ejemplo, te das cuenta de que en las fiestas de cumpleaños, a los niños se les regalan carritos y a las niñas muñecas. Esos son estereotipos de género que nos han enseñado desde pequeños.
Con el tiempo, algunas teorías de género han ido tan lejos que sugieren que ni siquiera el sexo biológico es un hecho claro. Este tipo de ideas puede parecer extraño, pero también es fundamental cuestionarnos lo que consideramos como normal.
El Manifiesto de Género. En 2006, se creó un documento llamado Manifiesto de Género. Este documento busca llevar las teorías de género al ámbito político. La idea inicial es positiva: queremos igualdad entre hombres y mujeres. Pero Kuby nos advierte que esto podría llevarnos a desmantelar las identidades tradicionales de género. O sea, no se trata solo de un ajuste de cuentas, sino de un cambio de escenario completo.
La mayoría de nosotros podría estar pensando que este tipo de debates son para académicos, pero en realidad se trata de cómo nuestras propias vidas cotidianas se ven afectadas. La educación sexual en las escuelas se está introduciendo en las aulas como una forma de preparar a las futuras generaciones para aceptar todas las identidades de género. Eso puede sonar genial, pero también plantea preguntas sobre cómo se enseña y qué se omite.
La realidad detrás del manifiesto. A menudo, lo que se presenta como una lucha por la igualdad es más complicado de lo que parece. La perspectiva de género se ve como un paso hacia una mayor aceptación, pero muchas veces no se discuten las implicaciones que esto puede tener. ¿Será que estamos aceptando estas ideas sin cuestionar realmente lo que significan?
Además, se menciona que la ideología de género ha logrado penetrar en nuestra vida diaria, desde los medios de comunicación hasta las universidades y las políticas públicas. ¡Está en todas partes! Es como si nos estuvieran tratando de vender un producto sin explicarnos bien sus ingredientes.
La Unión Europea en el panorama. Por si fuera poco, la Unión Europea también juega un papel significativo en este cambio. Las políticas que se están implementando a menudo se ven influenciadas por ONG que defienden la ideología de género. De hecho, en documentos clave sobre derechos humanos se han realizado modificaciones que alteran cómo entendemos el matrimonio y la familia.
Por ejemplo, antes se mencionaba el matrimonio entre un hombre y una mujer, pero ahora se han dejado de lado estas definiciones. Esto cambia drásticamente la forma en que la sociedad percibe las relaciones, y me pregunto: ¿es esto lo que realmente queremos? ¿No deberían ser estas discusiones más abiertas y accesibles?
Un tiempo para reflexionar. En resumen, la “ideología de género” es un término que se ha vuelto popular en discusiones políticas, pero también polariza. Quienes la critican argumentan que desestabiliza la estructura de la familia y otros valores. Me parece que estas conversaciones son necesarias, pero también deberían hacerse de manera reflexiva y crítica.
Así que, este no es un debate que podemos relegar a las universidades o a los círculos académicos. La pregunta es, ¿cómo podemos encontrar un equilibrio que respete la diversidad, pero que también considere lo que ha funcionado en el pasado?
Gabriele Kuby, socióloga y escritora de Alemania, se ha destacado por sus críticas a las nuevas formas de identidad de género y sexualidad. Esta autora plantea que los cambios ocurridos respecto al sexo y al género no son meros desarrollos espontáneos, sino el resultado de un proyecto bien orquestado por ciertas élites políticas y sociales. Según Kuby, este proyecto busca socavar las bases biológicas y tradicionales de la sexualidad y de la familia.
1. Perspectiva de género e ideología de género
Según diversas fuentes, el pensamiento feminista se puede categorizar en tres corrientes principales: liberal, marxista-socialista y radical.
De los postulados del feminismo de origen liberal y del feminismo marxista de género derivan una serie de principios filosóficos y antropológicos que construyen toda una ideología.
El concepto de 'ideología de género' sostiene que las nociones de sexo y género no coinciden, una tesis que ha generado controversias dentro del feminismo contemporáneo.
La perspectiva de género es un enfoque analítico que busca comprender y abordar las desigualdades entre hombres y mujeres. Su objetivo es eliminar barreras y discriminaciones basadas en su distinción. Por el contrario, la ideología de género busca transformar las normas y roles de género tradicionales; promover la idea de que el género es una construcción social y que las personas tienen la libertad de definirse y expresarse más allá de las categorías binarias de masculino y femenino.
2. Sexo y género
Inicialmente, el sexo y el género eran considerados equivalentes. Sin embargo, a partir de Simone de Beauvoir, quien afirmó que 'no se nace mujer, sino que se llega a serlo', comenzó a diferenciarse entre el sexo biológico y los roles de género, estos últimos vistos como construcciones sociales.
Para De Beauvoir, el sexo es algo dado, una dotación del ser humano, pero el género es una construcción social, es decir, un conjunto de roles impuestos por la sociedad que pueden ser, no solo modificados, sino elegidos.
El desarrollo de las teorías de género durante la segunda mitad del siglo XX irá más allá de la postura de la filósofa francesa, hasta llegar a sostener que ni siquiera el sexo biológico es real, sino que también es una construcción social. Esta configuración de sexo y género será percibida y sentida libremente por el individuo.
3. El manifiesto de género
El 'Manifiesto de Género', elaborado en 2006 por expertos de Berlín, pretende aplicar las teorías de género a la política, proponiendo la igualdad plena entre hombres y mujeres y la deconstrucción de la identidad sexual tradicional, entre otros objetivos.
La incorporación de la perspectiva de género es un objetivo de alta prioridad en todos los niveles de la política. En las sociedades democráticas, la mayoría de los ciudadanos cree entender que la “perspectiva de género” se refiere a la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, lo que se está haciendo es usar una “política de igualdad” que busca no solo eliminar la desigualdad entre hombres y mujeres, sino también fabricar la igualdad a través de la “deconstrucción del orden binario jerárquico de género para llegar a una diversidad de género con igual valor e iguales derechos” (Frey, Hartmann, Heilmann, Kugler, Nordt, Smykalla (2006) Das Gender-Manifest - Reaktionen und Reflektionen).
El género está en boca de muchos, pero ¿todos quieren decir lo mismo? El 'Manifiesto de Género’ fue una colaboración entre Genderbüro Berlin y GenderForum Berlin. La razón de esto fue la tendencia que se observó en la práctica educativa y de consultoría al utilizar el género de manera distorsionante. Por tanto, el manifiesto está dirigido principalmente a consultores y formadores en materia de género. El manifiesto contiene los siguientes puntos:
Plena igualdad (equivalencia) de hombres y mujeres.
Deconstrucción total de la identidad sexual entre sexo y género.
Batalla contra la normatividad heterosexual, lo que significa facilitar la plena igualdad legal y social, es decir, privilegiar todos los modos de vida no heterosexuales.
El aborto como “derecho humano” oculto bajo los “derechos reproductivos”.
Sexualización de niños y adolescentes a través de la educación sexual como materia obligatoria en los estudios.
Privación material y empobrecimiento de la familia. Esta revolución, al contrario de todas aquellas que se han originado desde abajo hacia arriba, comenzó en lo más alto, en las altas estructuras, y ahora ha llegado a la microestructura de la sociedad. Por decirlo de un modo simple, no es una “revolución popular”, sino una revolución planeada desde las instancias de poder más altas.
4. Más allá del Manifiesto
Esta perspectiva de género, en los años posteriores a 2006, se sigue vendiendo como una lucha por la igualdad de hombres y mujeres. Este punto de vista se mantiene porque no cuenta con la aceptación del público y, por tanto, hay que ir preparando a la sociedad para que, de un modo casi inconsciente, vaya asumiendo una serie de postulados que ni siquiera se habían planteado.
Por otro lado, se trabaja desde instancias académicas y desde organismos internacionales como la ONU. Un ejemplo lo tenemos en la importante victoria que supuso la afirmación del Consejo de Ética alemán de 2012 sobre la intersexualidad. Es decir, lo que antes se consideraba una patología en el desarrollo embrionario, ahora se trata como un modo más de identificación sexual, al igual que los órganos sexuales masculinos y femeninos.
5. ¿Cómo se trabaja para llegar al ciudadano común?
Una herramienta para la deconstrucción del género es la ética situacional. Se trata de tomar casos extremos que tocan la fibra sensible de los ciudadanos y, a partir de estos casos, se toman decisiones fundamentales que dan la vuelta a todo el sistema de valores de la sociedad.
Dondequiera que se mire: política, medios de comunicación, universidades y fundaciones, tribunales, empresas, escuelas, guarderías, etc., la ideología de género es el camino para el progreso postmoderno.
La perspectiva de género dominante, que sin quererla, sin reflexionarla, debatirla o cuestionarla, hemos asumido mayoritariamente, es una ideología a la que nadie debe oponerse si no quiere ser rechazado y difamado. En menos de dos décadas, esta "perspectiva de género” se ha convertido en una “ideología de género” obligatoria.
6. El papel de la Unión Europea
La Unión Europea, a través de sus intrincadas estructuras tanto de la Comisión Europea como del Parlamento Europeo, con sus sub-organizaciones y su enorme maquinaria burocrática, ha concedido a ONG un acceso privilegiado para ejercer influencia y llevar a cabo sus agendas…
El primer documento mundial sobre derechos humanos es la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En él se protege la dignidad de las personas, el matrimonio de un hombre con una mujer y la familia.
En el año 2000, la Unión Europea adoptó un nuevo documento de derechos humanos: la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. En el artículo 9 de dicha carta hay una discreta, pero significativa, modificación del derecho de familia: el derecho a contraer matrimonio y formar una familia estará garantizado de acuerdo con las leyes nacionales que rijan el ejercicio de estos derechos. Así, el Tribunal de Derechos Humanos reserva a los estados nacionales el derecho de regular el matrimonio y la familia. La novedad reside en que ya no se menciona a hombres y mujeres como sujetos del matrimonio y de la familia, de manera que ahora el matrimonio y la familia son instituciones desconectadas de la relación hombre-mujer. Esta desconexión abre la puerta a la implementación legal del “matrimonio homosexual”.
Por otra parte, el artículo 21 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea introduce también la “orientación sexual”, un concepto nuevo e indefinido, como criterio de discriminación. Los activistas de derechos humanos utilizan esto como base jurídica para la eliminación o demanda de cualquier percepción de trato desigual o denegación para personas de orientación no heterosexual.
En definitiva, la "ideología de género" es un término politizado utilizado con el propósito de imponer una visión particular sobre las relaciones de género y la identidad sexual. Quienes la critican argumentan que dicha ideología desestabiliza los roles de género tradicionales y las normas sexuales establecidas, y que esta visión se impone de manera coercitiva, afectando así a instituciones fundamentales como la familia, la educación y la religión.